Decidles a los niños con los que convivís alrededor todo lo bonito que hay en su interior. Contadles de palabra sus muchas cualidades. Hablad con ellos. Decidles a vuestros hijos lo importantes que son por sí mismos, no por lo que hacen. Cariño, tú eres importante y te quiero. Eres una persona sensible. Tienes mucha inteligencia. Veo que construir es uno de tus grandes dones. Se te da muy bien expresarte hablando, o escribiendo. Eres un gran matemático. Qué bien sabes abrazar. Qué bien cantas, o bailas, o escuchas, o dibujas, o imaginas, o qué bien te aburres, que también es un arte. Pero sobre todo, decidles que les queréis por encima de todo. Que son importantes para vosotros. Y por sí mismos.
No penséis que ellos ya lo saben. No lo saben. Lo absorben de nosotros. Fundamentalmente de los progenitores. Y nosotros no siempre se lo sabemos demostrar. Está claro. Traemos nuestras heridas. Tenemos nuestros problemas. Nuestros hijos, los niños que están a nuestro alrededor, nos traen la posibilidad de rescatar al niño que yo fui y elevarlo con Amor. Mirarle a los ojos y en voz alta recordarle: eres importante. Eres bueno, tienes un precioso corazón. Eres listo. Pero sobre todo yo te quiero tal cual eres.
Esto les conforma. Les conforta. Les sostiene. Somos la palanca que activa su autoconfianza para que cuando sean mayores les sea más fácil navegar siendo los capitanes de su propio barco y se sientan capaces de ello. Pero primero lo beben de los padres. También de los adultos que les rodean. Nosotros les confirmamos a ellos.
No les cortéis el llanto, no les digáis que dejen de llorar. Dejadles que lloren. Dejadles que vivan su emoción. Así sea de pura alegría y risa, o de pura tristeza. Dejadles que se enfaden. Que reconozcan su enfado y aprendan a preguntarse por qué están enfadados. No les redirijáis a otro lugar cuando están en plena emoción. La emoción no es mala. La emoción es información valiosa. Tan solo acompañadles en paralelo para que no se sientan solos. Y cuando corresponda, decidles que les comprendéis. Y abrazadles.
Querida Nuria niña: te sentiste muy sola. Sentiste que no se te escuchaba, que no contabas, que no eras reconocida ni comprendida. Sentiste rechazo. Entendiste que hablaban por ti, entendiste que era mejor callar en muchos casos. Tu voz se ahogó en un llanto sordo, en palabras que no fueron expresadas. Educada en el seno de una familia bastante normal y bajo el amor de tus padres, siendo una niña alegre y sensible, también viviste por dentro todo esto, y esto fue también lo que te conformó e hizo de ti la persona que yo soy ahora. Hubo dolor, pero el dolor es el aprendizaje en este mundo desde donde se produce la alquimia del ser humano. Tus vivencias han sido semilla de transformación.
Yo soy tu adulta. Ahora yo te recupero, te escucho, te reconozco, te comprendo, te acojo con infinito cariño y te abrazo. Querida Nuria niña: eres importante. Eres preciosa. Tienes una hermosa sensibilidad, un mundo interior bellísimo, una gran creatividad. Escribes muy bien, tienes el don de la voz hablada y cantada. Querida Nuria niña: la danza habita tu cuerpo, que es flexible y fuerte. Eres la pura alegría y tu sonrisa puede iluminar en kilómetros a la redonda. Querida Nuria niña: agradezco profundamente todo lo que viviste, agradezco a los padres que te educaron y a los hermanos con quienes viviste el entorno familiar, pues ellos escogieron venir a este mundo a jugar su papel y a mostrarte el profundo aprendizaje que elegiste vivir. Ahora puedes mostrarte tal cual eres. Puedes jugar, puedes cantar, puedes bailar sin ningún tipo de vergüenza, puedes contarme lo que quieras, abrir tu intuición y expresar tus deseos.
Querida Nuria niña: te quiero. Te quiero. Te quiero. Con Amor Infinito, como el Padre y la Madre Divinos te han querido siempre a lo largo del tiempo, del espacio y de la eternidad. Hoy regreso a ti. Hoy te pido que regreses de nuevo a mí. Y que descanses tranquila.
Nuria Montero Marcos
Nuria me encanta tu forma de decir las cosas, con tus palabras haces que todo sea más fácil. Gracias por ayudarme a conectar con mi niña interior
Muchas gracias Marga, tus palabras me ayudan a continuar. Un abrazo grande!
Gracias Nuria, por este contenido tan valioso que nos regalas, con tanta poesía, y tu autorrevelación. Todo un canto a la niña interior, a la mujer maravillosa aquí y ahora. Te honro y te reconozco. Te abrazo.
Gracias Nieves, preciosa mujer y maestra. Frente a ti también me inclino para reconocerte. Ese abrazo va de vuelta! Namaste
Qué preciosidad, Nuria. Y qué valioso aprender a querer a nuestra niña interior y darnos cuenta de la importancia de las palabras para la autoestima de nuestros hijos. Gracias!
Gracias a ti Mar. Es verdad que tantas veces olvidamos hacerlo así con ellos, porque muchas veces nosotras no lo recibimos. Por eso es también tan importante rescatar a mi propia niña interior, para sanarme y sanar la relación con mis propios hijos. Un abrazo muy fuerte!