Socialmente no se le da mucha importancia. En el ámbito laboral no está apenas considerado. El entorno más cercano no siempre comprende qué está sucediendo en esta etapa vital. Pero lo cierto es que suele ser uno de los trayectos más intensos y removedores en la vida de una mujer, y a menudo, también en la vida de un hombre.
¿Qué sucede después del parto, cuando por fin ponen a tu bebé en tu pecho? ¿Cómo comenzar este recorrido una vez que ya estáis en casa? ¿Cuánto durará la recuperación, cuándo volveré a «ser yo» de nuevo?
Después del parto comienza una nueva vida, no sólo la que tienes en tus brazos, sino la tuya propia, y eso implica grandes cambios que es bueno conocer antes de dar a luz.
La mejor forma de comenzar el recorrido es queriéndote un poquito: sí, puedes ser madre/padre, y sí, puedes hacerlo bien aunque no sepas y te equivoques, porque eso forma parte del hacerlo bieny entra dentro del propio aprendizaje; pero sobre todo, armándote de consciencia: sabiendo que va a ser toda una aventura que implica felicidad, pero que a la vez lleva descoloque, dolor, y un trabajo de reubicación majete. Añade una buena dosis de paciencia, no tanto por el bebé como contigo mism@.
La recuperación física más inmediata para la madre puede situarse en esos cuarenta días de los que te hablan en el hospital.Yo llamaría a esta primera fase «el postparto». La recuperación física en general puede durar un año o más… y pasarán entre uno y dos años hasta que te sientas asentada en una nueva forma de «yo». Pasará ese tiempo mientras paulatinamente se recompone no sólo el cuerpo, sino tu interior, tus hábitos, tu carácter, tu forma de pensar y tu corazón. Esto es el puerperio.
No se le da tanta importancia, pero la tiene, y mucha. Si comprendiéramos esto (los que lo vivimos y los que estamos al lado de los que lo viven) y nos sinceráramos un poquito más, crearíamos un entorno más humano y facilitaríamos el paso a tantas parejas que transitan por este camino. He hablado con no pocas mujeres que contaban más o menos lo mismo: «lo estoy pasando mal… no sé qué me ocurre… me encuentro baja de ánimo… ahora no me entiendo con mi pareja…me encuentro tan cansada…». Y después rematan su relato con una afirmación tan cierta como descorazonadora: «veo a otras madres y todas dicen que están bien, y se las ve felices… ¿ esto me pasa solo a mí?».
Pues… no. De hecho «eso» que pasa es bastante más frecuente de lo que una madre primeriza cree. Nos ha pasado a muchas, y no tiene por qué suceder en el primer trimestre después de dar a luz, los cambios fuertes se pueden dar al principio, o más adelante… a veces se van fraguando y explotan cuando no los esperas. Cuando nace nuestro bebé hay varias facetas de la vida que se ponen de relieve y muestran su cruda realidad: mi capacidad de cambio, el estado de mi niño interno o las grietas en mi relación de pareja son solo un ejemplo.
El que, de manera general, preguntemos a otras madres cómo se encuentran y te digan: «bien», o «estupendamente», o «es lo mejor que me ha pasado», no es que no sea cierto… es que son precisamente respuestas generales o siendo respuestas verdaderas se refieren a una parte de la vivencia de ese puerperio. Eso se mezcla a menudo con el hecho de que si respondes «no me encuentro bien», «se me está haciendo duro» o algo similar, bien sientes que el otro lado te está juzgando, o bien es como reconocer directamente que no eres buena madre. Entonces al final nadie suele admitir la parte más dura, a no ser que sea delante de una muy buena amiga o en una conversación que se torne íntima.
Puede haber mujeres que lleven consigo un profundo sentido maternal y naveguen el puerperio de modo mucho más suave, u hombres que comprendan y perciban todo lo que se mueve en esta etapa y sepan gestionarlo. Desde luego no es lo más normal, pero puede haberlos porque de todo hay en esta vasta vida. No obstante y en solidaridad con tantas parejas que no hemos tenido esa suerte, me gustaría en las próximas semanas dedicar algunas entradas a desglosar un poco qué es lo que sucede en el puerperio, porque la consciencia lleva a la comprensión y al comienzo de la sanación.
Para conectar con tu hijo antes has de hacerlo contigo mismo.
Vamos a ello, compañeros de camino.